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Las redes, clave en un mundo de “cambios”

Fecha de publicacíon: 
Mié, 2011-11-16

WASHINGTON.— A Carlos Westendorp le antecede una larga y tumultuosa carrera en la política y la diplomacia en España y la Unión Europea.A sus 74 años, que él sea el secretario general del Club de Madrid le ha imprimido a esa organización el aire de experiencia que se antoja imprescindible para hacer frente a los retos que han traído los cambios en el ámbito de la comunicación y el ejercicio de la democracia.“Tenemos que imaginar y sobre todo estar preparados para el futuro”, asegura Westendorp, al reconocer la conmoción provocada por las revueltas sociales en países como Egipto o Libia y el movimiento de los “indignados” en España o en Estados Unidos.“Vivimos un momento de transición importantísimo”, asegura Westendorp, para quien organizaciones como el Club de Madrid se han dado a la tarea de asomarse al futuro de la mano de líderes políticos que han ocupado un cargo político, académicos y especialistas en el análisis de tendencias y representantes de medios y empresas que hoy viven un momento de perplejidad ante el avance de cambios que ya no tienen marcha atrás.“Vivimos en un mundo cada vez más complejo y, al mismo tiempo, se ha hecho cada vez más plano en el sentido de que la información circula hoy con gran rapidez y en tiempo real. Estamos viendo una serie de modificaciones y transformaciones en las que las nuevas generaciones se van a ver completamente desconectadas con el pasado, por así decirlo.“De ahí nuestro interés por organizar foros —como la asamblea que tuvo lugar la semana pasada, en Nueva York— para ver de qué manera podemos controlar ese futuro. O cómo podemos aprovechar lo mejor que ese futuro tiene, porque tiene sus partes positivas, pero también negativas”.Desde la anterior asamblea del Club de Madrid, en 2010, el tren de la historia parece haberse acelerado. Las revueltas sociales y políticas en Túnez, en Egipto, en Libia o en Siria y el surgimiento del movimiento de los “indignados” en España, junto con el movimiento de “Ocupen Wall Street” en Estados Unidos, han dejado azorada a media humanidad, mientras gobiernos e instituciones intentan descifrar la fuerza y dirección de una ola de cambios que amenazan con subvertirlo todo a su paso.“Una cosa está clara: las nuevas tecnologías de la comunicación no han sido la causa de las revueltas en Libia o en Siria. La causa de esos alzamientos está relacionada con otros factores, como el descontento contra regímenes autoritarios y el deseo de una mejora económica. Pero lo que sí es cierto es que estas revueltas han sido posibles en gran medida gracias a esas nuevas tecnologías y a las redes sociales”. ¿La tecnología trae consigo el fortalecimiento de la democracia?El cambio democrático está sobre todo en la voluntad y capacidad de liderazgo de los ciudadanos. Y, por ello mismo, ese cambio lo propiciarán los ciudadanos. Pero lo que sí es cierto es que ese cambio se acelerará en la medida en que los ciudadanos dispongan de unas herramientas que han llegado con las redes sociales, como hemos visto en Egipto, en Túnez o Estados Unidos.En este contexto de cambios y revueltas, Carlos Westendorp concedió gran importancia al papel que las redes sociales han comenzado a jugar clave en procesos electorales como los que se registrarán en México y Estados Unidos en el 2012.“En el caso de México, una elección presidencial que recurra a las nuevas tecnologías y a las redes sociales tendría que traer consigo un mayor conocimiento de los programas de los candidatos, tendría que facilitar un proceso más transparente y en el que, además, la sociedad tenga una mayor capacidad de escrutinio.“En otras palabras, el arribo de nuevas tecnologías a un proceso electoral como el de México ofrecerá grandes ventajas a quienes las dominen. Pero si se utilizan bien, ello tendría que traducirse en unas elecciones más exactas, con mayor conocimiento de causa y, por tanto, más democráticas”.

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